27 mar 2007

Vincent- Corto de Tim Burton




Una excelente muestra de la obra de Tim Burton, un director tan irregular como brillante.

22 mar 2007

Un candidato realista con sus expectativas

Algunas personas ya lo votaron (esta, esta
y esta también), sumate!
Nota: El logotipo del partido no fue modificado digitalmente.... y la cara del candidato... tampoco

20 mar 2007

Shine On You Crazy Diamond...


Eran alrededor de las 21:30… Las luces se apagaron, y esa misteriosa foto de la radio con la botella de Whisky comenzó a cobrar vida… Elvis, Abba, y hasta Chuck Berry sonaron, hasta que la radio se apagó, y los acordes de “In the Flash” empezaron a sonar… “So ya/ thought ya/ might like to/ go to the show”… ¿Lo sorprendente? Era la misma voz que cantó este tema originalmente en el disco “The Wall”, de cierta bandita llamada Pink Floyd… Nada de reemplazos, nada de “banda tributo”, era Roger Waters, miembro y principal creador de Floyd luego de la partida de Syd Barrett.
En la pantalla de atrás, donde antes estuvieron la radio y la botella, eran ahora martillos caminando, cual la clásica imagen de la película “The Wall”, de Alan Parker, y basada en el disco homónimo.
A este tema lo siguió la emotiva “Mother”, también de “The Wall”, que estuvo acompañado por una voz femenina inmejorable. Luego, la maquina del tiempo fue hacia el pasado, exactamente a “A Saucerful of Secrets”, para hacer “Set the Controls for the Hearth of the Sun” y de esta manera comenzar un minitributo al fallecido Syd Barrett, ya que a este tema lo siguió “Shine On You Crazy Diamond”, completamente dedicado al fundador de Floyd. “Set the Controls…” estuvo acompañada de imágenes de la banda cuando aun eran unos jóvenes británicos psicodélicos, mientras que “Shine On…” fue completamente ilustrada con fotos y videos del genio Barrett.

“Have a Cigar” continuó el concierto, siguiendo la línea del disco “Wish You Were Here que comenzó con “Shine On…”. Para cerrar ese disco, nada mejor que el tema que le da nombre .“So/ so you think you can tell/ heaven from hell/ blue skies from pain…” Cantaron (sintieron?) alrededor de 50 mil personas.
Luego, la maquina del tiempo volvió a funcionar, esta vez, para llevarnos al último disco de Pink Floyd en el que participó Roger Waters, “The Final Cut”. “Southampton Dock” y “The Fletcher Memorial” abrieron un segmento en el concierto que podría llamarse “gente estúpida que juega a la guerra”. Galtieri, Tatcher, Reagan, todos fueron nombrados y condenados. Con esta línea siguieron temas de su carrera solista, como “Home” (de “Radio Kaos”), “Perfect Sense” (de “Amused to Death”), acompañado por una gran explosión y el aún inédito “Leaving Beirut”, el cual estuvo acompañado de una historieta que relataba un viaje de Waters en el que conocía una familia en Beirut, cuya amabilidad desbordo, y lo cual lo llevó a preguntarse por que los bombardean. “Oh George/ oh George/ that Texas education must fucked you up when you were very small” reza en una de sus partes.
Ya la primera parte del show estaba finalizando, cuando surgió una (para mi) sorpresa… “Sheep”, del disco “Animals”. El tema, además de estar soportado por una imagen del clásico cerdo rosado volando por diferentes lugares del mundo, fue llevado al vivo por una reproducción inflable de este simpático porcino, con inscripciones que llamaban a los derechos humanos.

Luego de llamaradas que se sintieron a 100 metros del escenario, comenzó un receso de 15 minutos, contado por una luna en las pantallas, que a medida que pasaba el tiempo, se iba acercando mas y mas, haciéndonos saber que “Dark Side of the Moon” estaba próximo.
El tiempo pasó, y “Speak to Me” (previsiblemente) fue la que abrió la siguiente parte. “Breathe/ breathe in the air/ don’t be afraid to care” se escucho luego. Las primeras estrofas de “Breathe”. A este tema le siguió la psicodelica “On the Run”, con imagenes extravagantes en las pantallas, cortadas por pasos de trenes y carreras de Nascar (?). “Time” continuó, una de las canciones mas rockeras del album. “Luego, el aire se cortó con la excelente “The Great Gig in the Sky”, en la voz de una de las coristas del ex(?) Floyd. “Money” volvió a poner al público como gran participe, que acompañó la letra con sus voces, queriendo ser parte de la canción. “Us and Them” volvió a tranquilizar a la vasta audiencia. La instrumental “Any Colour you Like” fue la precuela de lo que sería el cierre de este disco, ya que la seguirian “Brain Damage” y “Eclipse”, imposible considerarlas dos canciones diferentes. Durante estas canciones, un prisma gigante comenzó a iluminarse para luego ser “atravesado” por lasers que emulaban los iris del arte de tapa de “Dark Side…”. “…but the sun is eclipsed by the moon…” Cierra el disco, y cierra así la segunda parte del concierto.

Y podría haber terminado ahí, pero evidentemente no era suficiente para Roger Waters ni para el público. Una tercer parte del show daba comienzo con “The Happiest Days of Our Lives”, “Vera” (dedicado a Vera Lynn) y “Bring The Boys Back Home”. Finalmente, y continuando con “The Wall”, “Another Brick in The Wall” (acompañado por coristas argentinos) y un magistral cierre con “Comfortably Numb”.
Eso es, mas o menos, una cobertura relativamente (MUY relativamente) objetiva… Si quieren subjetividad, no tengo palabras para describir esas dos horas y media. Verdaderamente… Único e Irrepetible.

12 mar 2007

Perosiestasiguaaaaaaaaal!!!

Cualquier persona que viva en el planeta tierra sabe que existió (ahora existe, ya que se reunieron, cual The Police) una banda española llamada Heroes del Silencio. El grupo, liderado por Enrique Bunbury tiene varios hits en su lista: La chispa adecuada, Avalancha, Hechizo (reversionada por los locales Catupecu Machu en Cuadros dentro de Cuadros) y Maldito Duende, entre otros. De este último nos vamos a encargar hoy. Este es el tema en cuestión, para los que no lo conocen:



Nada llamativo en el... es pegadizo, Bunbury canta excelente, etc...

El detalle, y hé aquí el porqué de este post, es que este tema tiene un cover hecho por alguien muy lejano a la esfera del rock: Raphael, "El niño"... Si, el mismo de Yo soy Aquel o Como yo te Amo e incluso el superhit "Escandalo" Versionó a su piaccere este tema de los Heroes... ¿El resultado? Una inquietante versión que demuestra que Bunbury tomó muchas cosas vocales del "niño" para su forma de cantar... Sorprendente:



Bizarro?
El mundo es bizarro... ya nada sorprende..

7 mar 2007

El hombre detrás de Francisco Andahar-

-Señor, ¿usted es oriental o argentino?
-Argentino, pero desde el catorce vivo en Ginebra -fue la contestación
Hubo un silencio largo. Le pregunté:

-¿En el número diecisiete de Malagnou, frente a la iglesia rusa? Me contestó que si.
-En tal caso -le dije resueltamente- usted se llama Jorge Luis Borges. Yo también soy Jorge Luis Borges.

El Otro, Jorge Luis Borges (El libro de Arena)

Este es el primer texto que escribo desde 1999, el último año del siglo XX. En ese momento, escribía para un señor que se hacia llamar Francisco Andahar. Si, no es extraño que lo conozcan, el vendedor argentino de best sellers, el hombre de la literatura nacional. Bueno, él era la cara. Yo era los cuentos. Su carisma y su buena relación con los medios lo habían transformado en una figura, lo que hacía que sus libros quedaran en un segundo plano. Compró premios, la editorial manipuló números y así se transformo en un héroe. ¿Lo que yo escribía?, no era lo mejor, pero como dije antes, a nadie le importaba. Trabajamos juntos unos diez años (es una forma de decir, creo que lo vi en persona unas 4 veces). De mi autoría (y con justicia lo puedo decir) son “las sombras de Azrael”, “mitos y verdades acerca de Verónica” y un par de libros de cuentos que realmente olvidé como se llamaban. Hasta que decidieron dejar de utilizarme. Al parecer, otro autor joven estaba en la mira de los editores, con un estilo completamente opuesto al mío. Claro, pensé, como todo autor, tiene que tener una nueva etapa. Me indemnizaron con un dineral para que no hablara y yo, obediente, no hable, hasta hoy, claro, que Andahar murió en un accidente hace varios años y el otro chico ya confesó toda la verdad. El buscaba escándalo evidentemente, y me nombró como “uno de los autores detrás del best seller” entre sus acusaciones. No me molesta confesarlo, pero, honestamente, no pensaba hacerlo. Durante los primeros 15 o 20 días los medios no dejaron de hablar del tema y me buscaron para que narre las tristes desventuras del “talento anónimo” detrás de la cara de Andahar. Hablé un par de veces por teléfono con algunos amigos que trabajan en diarios y nada mas. No quería tirar basura sobre un muerto, me parecía bajo. Además, trabajar detrás de su cara también fue mi elección. El dinero era muy bueno (me pagaban casi lo mismo que a Andahar) y nadie molestaba. Ya pasaron varios años desde su muerte (¿dos?,¿ tres?), así que aprovecho este medio para decir toda mi verdad acerca de los años que “compartimos”. Cuando comencé a trabajar para el y la editorial Universo era un pequeño redactor de noticias, apenas trascendente en un diario casi anónimo. Siempre amé la literatura así que, entre mis bocetos, tenía algún que otro cuento que soñaba publicar. “Cartas desde el océano” se llamó mi primer obra, jamás aceptada por ninguna editorial, hasta que la presenté a Universo. Verdaderamente apreciaron mi trabajo. No por ese libro en particular, sino porque mi estilo, de alguna forma, era atractivo. Pero (y los peros son clásicos en este medio) yo no era nadie. Así me ofrecieron, en riguroso secreto, comenzar a escribir historias para presentárselas. “La guerra de Dios” se llamó la novela que les ofrecí unos seis meses después. Esta obra tuvo bastante aceptación entre los editores, pero faltaba algo, así que con rigurosas correcciones, esa novela se convirtió en “la sombra de Azrael”. Como todo autor que se precie, los cambios no me pusieron nada feliz. No los acepté y les dije que podían quedarse con la obra, y si querían publicarla, que lo hagan, pero yo no quería figurar como autor. Así apareció Andahar en la historia. Bajito, barbado y con una histriónica voz se me presentó como “la persona que se hace pasar por vos”… No me cayó mal, parecía un tipo simpático, así que no tuve problemas en “dejarlo ser yo”. Como dije antes, me desprendí completamente de esa obra, acto del cual me arrepentiría cuando “la sombra…” fue catalogada la mejor novela del año, la más vendida y uno de los libros candidatos al mayor premio editorial del País. Como todo veneno tiene su antídoto, poco después de la publicación de la novela, comencé a trabajar como profesor de medios en una escuela. Enseñar siempre me había gustado, y la verdad, el curso que me tocó en suerte estaba muy interesado en mis clases. Además, sentían en mi a un compañero más, ya que la diferencia de sus edades con la mía era de apenas unos 5 o 6 años. Después de varios meses de clases, me llamaron de Universo para escribirle otra novela a Andahar. Mi reacción fue rotundamente negativa, hasta que me dijeron que la cifra que yo cobraría tenía varios ceros, y que las regalías eran ad infinitum. Así, empecé con un libro de cuentos, que no recuerdo su nombre, pero que tenía un estilo algo oscuro, similar al de “la guerra de Dios”, o “la sombra de Azrael”, como prefieran. El libro se publicó unos meses después de que yo lo entregara y, como se esperaba, fue un éxito de ventas. Hasta me llegue a enterar que en algunas escuelas lo usaban para que los chicos (15, 16 años) lo lean… Verdaderamente no era mi obra mas inspirada, pero bueno… Literatura regurgitada pedían, literatura regurgitada tenían. Durante los meses siguientes, como desde la editorial ya tenían conocimiento de que yo no quería volver a escribir así, me pedían cada tanto cuentos cortos, que luego recopilarían, y así nacieron dos libros mas, de cuentos, Uno era “mitos y verdades…”, el cual ganó el premio “Letras Nuevas” de España, y del otro no recuerdo el nombre, pero paso con menos trascendencia que el anterior. Esos serían mis últimos trabajos para Andahar. Luego de cobrar lo que me correspondía de la última recopilación, me dieron a conocer que no seguiría escribiendo para el, ya que habían encontrado un joven talento con un estilo opuesto al mió que me reemplazaría. Sin inconvenientes, lo acepte y le enseñé como funcionaba esto. Este chico escribió uno o dos libros, de moderado éxito y después Andahar murió, dejando tras el una estela de escándalos que, desgraciadamente, me involucraba. Durante el tiempo que esto duró, críticos literarios me nombraban en sus notas como “el verdadero Andahar” y siempre esperando un nuevo libro firmado bajo mi nombre. Irónico… querían algo autentico, y me llamaban como otra persona… Pero, en principio, lo deje pasar. Luego, la bola de nieve creció, y ya mi nombre aparecía como Andahar directamente, entre piadosas comillas. Intente hacerles entender que mi nombre es M…, y que lo que yo hago no se parece a lo que hacía para él, pero solamente logré despertar la curiosidad de ver “el nuevo estilo que hubiese tenido Andahar”. Aguanté esto durante un año aproximadamente, hasta que, hace dos meses, cansado de las preguntas estúpidas, contraté al chico que escribió para el malogrado autor, para que me haga una novela para mi. Le ofrecí tanto dinero que me juró callarse de por vida… pero de verdad, eso no me importa. Hoy, que escribo esto, la novela se esta por publicar. “Invierno” se llama, y creo que va a ser un éxito de ventas. Siempre son éxitos los libros de autores muertos. Porque, todos sabemos Andahar murió y yo, el verdadero Andahar, según la critica especializada, va a morir esta noche, después de poner el último punto en este texto. Ya le corte los frenos al auto para evitar inconvenientes. Voy a manejar hasta donde volcó Andahar y así crear el mito del best seller del desaparecido. Y así alimentar la necrófila fantasía del autor que murió dos veces. Porque yo, para todos, soy Andahar.